
Bernini, el rapto de Proserpina
Que caigan
fuerte
las ropas contra el suelo.
Que arrastren la lluvia de tu carne
tus ojos dormidos, y llenos de pestañas.
Que seas fuego
que revienta los plásticos
y el veneno de los coches.
Que la carne pida aire
y bosques para jugar.
Que caigan las máscaras
los botones y bolsillos,
y ardan
joyas y perfumes.
Que sientas cada ropa en tu espalda
como una losa que arrastra.
Y que rompas,
que salgas a la vida con el pecho y los dedos
rojos de placer.
Que sientas
que tu,
siempre has sido más que suficiente.
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