La Mona Lisa, Leonardo Da Vinci
En la boca ardiente y profunda de una mujer
encontramos todas las letras
recorriendo
suaves
el agua
los dientes.
Todos los sabores.
Todos los vientos nacen en sus bocas
caracolean y juegan
con la lengua y los peces.
Cada tormenta que rompe el aire
afilando los labios de la noche
es hija de la sangre y la saliva
la niebla del cigarro
y los suspiros.
Cada boca ha inundado
de lluvias
de vapores
a miles de amantes despistados.
Increible George, para cuando unas cañas???
ResponderEliminarYa he vuelto de Ecuador así que cuando quieras!! Un besazo!
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