El fantasma de tu cuerpo es eterno y atraviesa mi casa
vacía
ensuciando las paredes y asustando al gato.
Mañana le voy a echar a patadas para que vuelva contigo
y con aquel señor trabajador
al que llamas cariño.
Ya no quiero que me lama las mejillas cuando estoy a punto
de alcanzarte en sueños,
no quiero que me siga
no quiero que me enseñe el hueco de nidos
de su boca putrefacta.
En algunas cosas es mejor que tu;
no deja pelos en la ducha
ni me abrasa el pelo por las noches,
pero su aliento me deja recuerdo a tierra,
a raíces muertas.
Es mejor que se vaya contigo,
yo no tengo hueco para más fantasmas
en mi cuerpo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario