Un
país apretado entre los cables mojados del expolio
una
casa sucia más allá de los turistas,
el
gris de la resaca de vino barato,
la
soledad de las mujeres multiplicada en las cocinas.
Yo
no soy futbolista
no
soy emprendedor ni entiendo vuestro idioma de luces y maquillaje
intento
el lenguaje a ciegas de la carne pero en España un poeta sirve para
calzar una mesa
para
decorar una casa
o
para hacer agujeros en el hígado de la noche.
Que
alguien me diga dónde
en
qué esquina podré hacer espirales con las vocales
cuántos
escalones hacen falta para partirme la columna
cuántos
amigos perderé por el camino
y
cuántos metros le quedan a este cable de esperanza
que
me corta las manos.
Voy a quedarme aquí, tendida sobre el vulcanismo de tus versos a esperar nuevas islas.
ResponderEliminarUn saludo.
Espero que esté usté cómoda
ResponderEliminary que no se quede fría!
Abrazo