Islas divergentes

LA FELICIDAD DE LOS OGROS, de Daniel Pennac


Daniel Pennac es un autor complejo y quizá por ello La felicidad de los ogros es un libro en progresión. Sobre todo en su comprensión.

Los primeros capítulos son un auténtico embrollo de personajes, situaciones, pensamientos, lugares…
Pero aunque parezca raro, a medida que va avanzando el texto, todo este embrollo se va asentando y el lector acaba por asimilar este vaivén y al final se deja llevar. Y mucho.
Cuando entras en el mundo de Pennac, no puedes salir. Al menos en este libro.
Después de este enrevesado planteamiento, el autor plantea y desmenuza en parte ese universo. Lo justo para enganchar al lector y a la vez, permitir que siga enganchado.
Y así va el libro caminando, muy ligero pero también muy entretenido. Y muy gracioso.

A lo largo de la novela (y sobre todo en esta parte), te ríes bastante. Hay situaciones muy chistosas.
Y después de este planteamiento, viene el plato gordo.
El autor nos presenta el nudo de la historia. El embrollo. Y aquí es donde todo el mundo cae rendido.
Una historia muy entretenida donde aparece un personaje principal (Benjamin Malaussene) genial.
Creo que no me he llevado tan bien nunca con un personaje de una novela.


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