El grito; compilación
iberoamericana de poesía 2010.
Compiladores, Mónica
Gameros y Luis Carmona.
Cartopiés cartonera.
50 páginas
10 €
Cuando la gente dice que la
poesía, que el arte en general está muerto, que ya no sirve para decir cosas,
siempre intento llevarles la contraria. Intento decirles que no, que la poesía
y el arte siempre luchan, que están ahí, moviendo las tripas, ocultos pero
presentes. Y es que la poesía combativa, la que no aguanta y tiene que salir
por algún lado, al final sale. Ya sea en un bareto de Malasaña o en las calles
gastadas del D.F. Pero joder, la poesía al final aparece. Tiene que aparecer.Me resisto a convertirme en el miedoso
sonriente/APAGADO/que quieren los dueños/de todo.R. Israel Miranda.
Hay editoriales que no se
conforman con los nombres conocidos, y quieren saborear otras fuerzas, otros
sentimientos. Son editoriales pequeñas, que dejan espacio a los que empiezan.
Existen editoriales que intentan publicar a gente que empieza (cangrejo
pistolero, o El gaviero entren otras) pero Cartopiés Cartonera es otra cosa.
Para ponernos en situación, las cartoneras empezaron a brotar en las calles de
Buenos Aires, ahí donde las monedas no abundaban y las ideas había que
atraparlas y atarlas a un papel en blanco. La primera cartonera se llamaba
Eloísa Cartonera y nació en 2003, y desde entonces, este nuevo tipo de
editorial alternativa se ha expandido como una cerilla sobre unos cartones. Los
materiales son básicos, cartones, materiales reciclados, y libros baratos. Esa
es la base común de las cartoneras.
Actualmente hay editoriales
en casi todos los países latinoamericanos, y en España, junto a la sevillana Editorial ultramarina & digital, que
aúna el mundo del cartón y el digital, alborota la capital una editorial
revolucionaria y alegre: Cartopiés cartonera. Nacida en mayo en Lavapiés,
intentan otra manera de manejar el arte, de ser consecuentes con el potente
mensaje que manejan; la poesía. son autogestionados, independientes, y quieren
cambiar las cosas.
Cada libro es diferente,
artesanal. Colectivamente han sido pintados, cosidos y mimados por los los
miembros de Cartopiés. Este segundo libro, llamado El grito, sigue a Inla-Kesh(Eres
otro yo), el primer volumen de poesía que nació en esta editorial.
Pero El grito, que es el libro que nos ocupa, es un libro que llama al
arte, a la sublevación de lo latente ante lo opaco y gris. Una revolución ante
lo falso, lo superficial y lo manido. Porque somos Salvajes dormidos en su instinto como dice Olmo Panatta. También
poetas como Max Rojo (Premio Iberoamericano de poesía Carlos Pellicer 2009) o
los coordinadores del libro, Mónica Gameros y Luis Carmona, sueltan sus lenguas
en estas páginas para contagiar al lector de un sentimiento puro, que surge de
abajo y que pretende escurrirse por todas las calles. Como dice Luis Carmona: Si se atreve a ser él mismo/ abierto en
canal/no hace falta naufragar.
Y El grito en La
Nave El Clown Milenario, un local ubicado cerca del metro Oporto, al sur de
Madrid. Tomá ya. Acompañados por la música del Proyecto X, se leyeron poemas como el del mexicano José A. Santos
Guede que conseguía paralizar las orejas: Algún
encuentro fugaz/consigue orgasmar/la monotonía cotidiana/de la madrugada. Se
podía comer, se podía beber, y se podía disfrutar de un chorro de arte que te
golpeaba en el pecho y te decía que aún hay esperanza. Sergio Escribano, alias
Pirata, entre otros poetas lectores, nos golpeó con sus poemas y su energía y
nos dejó una especie de letanía que aún resuena...
Calle, somos calle/fuimos sombra/fuimos nombre/fuimos, somos y
seremos/versos (besos y caricias). Dejamos sin agujas los
relojes/radicales/somos rocas, intifada/somos lucha, grito/somos libres/somos
cumbres/somos astros constelados.





No hay comentarios:
Publicar un comentario