Joan Brossa, Clau
Hacer un poema como si te rompieras un
brazo
y se lo dieras a ella.
Hacer un poema, bajar las escaleras
y sentarse al lado de aquel que no
puede subir.
Llenarte de hojas,
vivir despeinado y calvo,
tener las suelas llenas
los dedos gastados,
y que todo lo demás no importe porque
huele a ella
mientras escribes el poema.

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