Math Creative Studio
Aquellas noches nos penetramos las raíces que no eran nuestras
siquiera.
Aparecían
por la noche en la oscuridad que atropellábamos
y
los ojos abiertos.
Eran
raíces que ardían
raíces
que quemaban la ropa y la hacían montoncitos pequeños
de
ceniza.
La
noche,
más
acá,
nos
convertía en bestias hambrientas
y
suaves.

La tierra ama tragarnos.
ResponderEliminarY además es inevitable. Un saludo, gracias por pasarte. ;)
ResponderEliminarNo me interesa pero gracias igualmente.
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