Ramell Ross
Para qué abrir la camisa si todos tus labios
toda tu sangre de batalla
toda tu selva y tu savia
ya tan lejos.
Para qué salir a cazar si ya no hay tigre
caliente
en los cadáveres.
Ahora todos tus labios,
todos tus labios de lunes que amanece
de miércoles de frutas
labios de viernes que escuecen y se escapan
están más allá de las ventanas
y no vuelven.
Ahora tú con chaleco antibalas
Tú sin puñales de caminos
para mi
y yo aquí sentado sin sangre
y sin ti.

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