Por el día somos mesas y sillones
a veces frutas o cuchillos
pero cuando el calor en la grieta,
cuando en la piel canciones
cuando en sus ojos rugidos,
a ella le arden los caminos
y a mi se me abren los paraguas
de la risa.
Peleamos por volver al lunes, a las sábanas dobladas
pero solo hay hoguera
-de sus bosques ardiendo en mi lengua-
hoguera
-de mi león rojo en su cebra-
Fuego
de las mesas y sillones
que somos cada día

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