¿Hasta cuándo dar de comer a las fieras?
¿Hasta qué tormenta el pulmón como una
vela
las ganas como una bala
y el futuro como nada, nada, nada?
¿Cuándo podré sentar la cabeza
entre tus pechos domésticos?
¿Cuándo acabará este hambre de sombra?
¿Cuándo seré aquel que teme la gasolina
el que ama los cojines como si fueran
recuerdos
y sueña
con la curva suave de los martes de
puente?
¿Cuándo romper los cuchillos y tirar los
trozos?
¿Cuándo escupir mi agua ocánica?
Podré relajar el cuello, secar la lengua y
cerrar el ojo
solamente
cuando tú seas refugio
y fuego.

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