Catalina Bartolomé
Nuestros
sentimientos no son nuestros,
son
de un señor sueco
que
fabrica colchones.
Las
novias de tu adolescencia tienen mesas camillas
en
las rodillas
y
tus padres tiradores beige
en
los ombligos.
Todos
fuimos hechos en Suecia por rubias de manos enlatadas
y
hombres sedientos y gordos.
Nos
falta aire para ser otra cosa.
Demasiado
hueso,
demasiado
precio,
y
cuando se nos sale la sangre a borbotones por lo ojos
tenemos
una tara.
Cuando
miramos a lo lejos
como
los animales que buscan fornicar por placer
o
necesidad
tenemos
una tara.
Cuando
somos otro
y
no aceptamos nuestros cuerpos exactos de cómodas
de
estanterías
de
pequeños lápices de fábrica
tenemos
taras.
Somos
taras cuando nos acariciamos los bordes
cuando
nos lamemos las cerraduras
cuando
queremos salir del envoltorio queriendo ser
lo
que no somos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario