Islas divergentes

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Raíces, barro y avispas

 



En la piscina pública crecen los ojos como medusas gigantescas
y allí aprendí la dimensión del mundo,
la textura de los pezones en el agua,
el veneno de la cercanía de los cuerpos mojados,
y un derroche de crema solar,
pequeña resistencia a convertirnos en madera viva y feliz.

Escuadrones de animales a medio hacer,
olor a lejía y bocadillos en papel albal.

El verano se dejaba acariciar sobre un abecedario de toallas sobre el césped salvaje,
raíces, barro y avispas,
vida despeinada.

El sol nos secaba la ropa y nos aligeraba,
nos volvía casi transparentes,
nos hacía cómplices de lo líquido,
sudorosos,
animales en la intemperie de la tormenta de luz.

Esa fue la frontera, la cúspide del termómetro,
ahí quedó la meta,
abandonada,
y lo que quedó fue un enfriarse, una resaca de luz,
un resfriado insoportable.

UN VERANO, UN AQUÍ 👇

 

El sol y la chicharra del ahora,
Imperios nómadas de quita y pon.
Territorio: mundo sin cartabón,
fértil esta paz de calma cantora.

Todo aquello, tiempo que no perdí
(refugios, kilómetros y canciones),/
de aquel disfrute de vacaciones,
de islotes, birra y playas junto a ti.

Restos de felicidad en un cuenco,
juntar salivas y caminos de sal,
ser presentes; huir de lo cruento.

Quedarán las fotos ciegas en el mar/
puñado de lo que vibró un tiempo,/
eco de dos que cosieron un cantar.

(Soneto inédito y a vuelapluma, como un armar la tienda en mitad de la hoja en blanco ⛺️📒)

UN VERANO, UN AQUÍ

 

El sol y la chicharra del ahora,
Imperios nómadas de quita y pon.
Territorio: mundo sin cartabón,
fértil esta paz de calma cantora.

Todo aquello,tiempo que no perdí
(refugios, kilómetros y canciones),/
de aquel disfrute de vacaciones,
de islotes, birra y playas junto a ti.

Restos de felicidad en un cuenco,
juntar salivas y caminos de sal,
ser presentes; huir de lo cruento.

Quedarán las fotos ciegas en el mar/
puñado de lo que vibró un tiempo,/
eco de dos que cosieron un cantar.

(Soneto inédito y a vuelapluma, como un armar la tienda en mitad de la hoja en blanco ⛺️📒)

29/6/2020

En la batalla por la atención que es internet, que es este mundo internetizado, mi endeble poema hecho de barro, ramas y costras nunca vencerá a la colmena de luces y explosiones que atrapa nuestra atención. El insulto, la lucha, el conflicto en mayúsculas.
Esa batalla la tengo perdida. 


Sin embargo, yo busco la tecla que no existe entre dos palabras y, de vez en cuando, aparece. La toco, muevo los dedos en el aire, y escribo.


Leo poemas de aquellos que miraron manteles, que miraron cucharas, que miraron cejas y construyeron imperios delicados y eternos. Leo poemas de aquellas que miraron una rosa e hicieron la revolución (AP como rompehielos), de aquellas que hicieron puentes, que hicieron telares con geranios y vocales desahuciadas.
Por eso, a pesar de la velocidad, de la luz, de la ceguera, intento poner la tilde no en el acento sino en el acantilado entre vocales, en lo pequeño e importante, en las hebras que nos levantan del suelo. 


A pesar de su invisibilidad, a pesar de su nimiedad, a pesar de su silencio. A pesar de todo esto, cultivamos la palabra.