Islas divergentes

Reseña de Seronda, de Ana Pérez Cañamares, en InfoLibre

 


Existen varias acepciones para la palabra Seronda y la propia autora las incluye al inicio del poemario:

Otoño

Hierba que se siega en el otoño. Cosecha del otoño

Hierba de segundo o tercer corte

Dicho de un fruto: tardío.

No sé tú, pero yo no conocía el término, y de estas acepciones me quedo sin duda con la última: Dicho de un fruto: tardío. Los que hemos tenido la suerte de seguir a Ana Pérez Cañamares a través de manifestaciones, entrevistas, páginas, blogs y charlas, sabemos que Ana no hace las cosas de cualquier manera, le gusta sacar provecho de cualquier ámbito. Y por eso, en este su décimo poemario, hay muchos frutos tardíos. Frutos entregados al lector después de mucha vida y muchas lecturas. Ana sigue la trocha de resistencia iniciada en La senda del cimarrón y no se arrepiente de «haberse echado al monte». Allí, delante de una hoguera alimentada por petirrojos, montañas y familia no humana estudia el mundo y lo disfruta.

Lo primero que llama la atención de Seronda es la excepcional edición que La Garúa ha hecho para acoger estos nuevos poemas de Ana Pérez Cañamares. Una edición cuidada y acorde al contenido del libro, ya que Seronda es un elogio al tiempo lento, a hacer las cosas bien, al «Festina lente».

En el inicio de Seronda, en las secciones HAZ y LIMBO, Ana hace que sus poemas no sean un artefacto o un mecanismo sino algo lógico, sencillo y a la vez infinito como una contraseña que abre el musgo o una perra olfateando las lindes del camino. Pérez Cañamares muestra un poemario humano y animal, y ubica animales en contextos aparentemente humanos:

por fin el alce será el Dios que fue

y en los retablos no tendrá rival

o a personas en situaciones más propias de animales:

no ibas a destetar a tus cachorros

o incluso vegetales:

como jardín borracho de maleza

Y así crea un vínculo y une los límites para que el lector sienta que lo que tiene entre manos no es una obra intelectual de una escritora que se ha esmerado por encontrar las palabras adecuadas para agradar, sino huellas de una vida en sintonía con el entorno, con los libros, con la memoria. Ana Pérez Cañamares no muestra artefactos literarios sino plantas o animales literarios, aprecia más allá de lo evidente porque el tiempo antes que rueda fue caballo.

El lector es invitado a un lugar de resistencia, pero a diferencia de otras épocas en las que Pérez Cañamares participaba en la barricada popular y jarandosa, desde abajo y principalmente urbana, en Seronda muestra una resistencia eco-comunitaria, simple a la vez que poderosa, en la que muchas veces recuerda a los grandes solitarios humanistas como Thoreau Mary Oliver. Crea puentes, con paciencia, pero con buenos cimientos y tiene claro, igual antes que ahora, que la última palabra aún no está dicha.

En las dos últimas secciones la autora se muestra un poco más, nos deja pasar a una estancia más próxima a su día a día. Nos presenta a su compañía animal, gatos y perros, pero también a sus recuerdos, a su genealogía como un santuario, a sus antiguos amores, y nos cuenta, casi como en una confidencia, su gran temor: la ausencia será el peor de los infiernos.

Con poemas de verso corto en su mayoría, con imágenes precisas, emocionantes y cotidianas, Cañamares va desplegando sus poemas y su mundo para aterrizar en NERVADURA, la última sección, en la que, como un río que se divide en muchos ramales, la autora va subrayando los lugares donde aún es posible la esperanza. Recovecos como la amistad, la escritura, el amor o la fraternidad, para que este mundo cruel, rápido y estúpido no nos arrase y nos contagie. 


Hermano pulpo, de Miguel Martínez López

 




Debe ser que, como Neruda, este ser limitado pero infinito que es Miguel «se cansa de ser hombre» y por eso decide lanzarse a descifrar la mente, los tentáculos, las pezuñas, los utensilios de cocina, las frutas o cualquier otro elemento humano o animal para no dejar ni un rincón sin verbalizar. Como dice Miguel en un poema de este libro: “recemos la oración del ‘no sé’ / construyamos iglesias / con forma de interrogación» porque es desde la humildad del no saber que podemos acercarnos, poco a poco, al saber”.

El horror vacui del sentir se multiplica y multiplica en Hermano pulpo de todas las maneras posibles y da la impresión de que, al igual que con el resto de sus libros, las obras de Miguel Martínez no se archivan en anaqueles sino que se deberían guardar debajo de la tierra, en la muela de un dromedario, sobre la curva de un pasamanos, en el auditorio de un hormiguero o quizá en la oscuridad misteriosa de los océanos abisales.

Pero, aunque este Hermano pulpo, ganador del decimoctavo Premio Leonor de Poesía 2024, sea un ejemplo de humildad desde el no saber donde el poeta no solo se pregunta y se sigue preguntando sobre los límites del universo, el autor también se explora a sí mismo, se moja, se mancha las manos de palabras y subjetivismo como un cirujano que se abriera el pecho en busca de Eurekas o sosiego existencial.

Y es que en este libro que tenéis o tendréis pronto entre las manos, este ser humano habla de sus miedos, de sus constantes vitales, de su sensación de vacío. Podría parapetarse sin problema en los juegos verbales de los cambios de máscaras para en realidad no decir, para no exponerse, pero es que Miguel Martínez López es voraz, lo quiere todo y por eso mira, huele y siente a través de cualquier objeto, pero también a través de sí mismo. Y sientes esa angustia, el lector acompaña en el juego pero también en la incapacidad, en la inutilidad, a veces, de la palabra, para corregir la vida. Porque, como decía al principio, Miguel Martínez es, antes de todo lo demás, un ser humano.


Reseña de Fuenteovejuna en Infolibre - 'Fuenteovejuna': un clásico también puede ser punk

 

Pincha en la imagen para ir a la reseña


No cabía nadie más ni en la platea ni en los palcos del Teatro de la Comedia de Madrid. A reventar. Parece que se ha corrido la voz y se notaban las ganas desde minutos antes de que empezara la función. Esta versión de Fuenteovejuna de María Folguera, dirigida por Rakel Camacho y producida por la Compañía Nacional de Teatro Clásico, llegaba a la capital después de un gran éxito en el Festival de Almagro y esa fama no era gratuita. En el certamen clásico saben lo que se hacen y por supuesto que las buenas críticas no fueron regaladas.

En esta propuesta podemos ver escenarios rotos y líricos en los que la armonía de un pueblo hecho de ritual, costumbre y candidez se ven alterados por la llegada del poder, representado en la persona del Comendador (Chani Martín) que, rodeado de sus acólitos fascistas, convierte lo bucólico en un infierno. Bueno, ya conoces la obra, qué te voy a contar yo.

Y yo también la conocía, pero lo que consiguen transmitir Rakel María a través de unos talentosos actores que cantan, bailan, pelean y se destruyen va más allá. Afortunadamente, pierden el respeto al supuesto boato y decoro que debería tener un clásico y lo traen a 2025, y colocan un chándal Adidas a algún villano por ahí, botellas de J&B por allá, y pistolas y fusiles en las manos más inoportunas. Pero estos elementos no desentonan, son verosímiles y acercan el texto clásico a todo el mundo.

Ya sé que definir como punk a una obra clásica del siglo XVII, en verso, del Fénix de los ingenios y en la que los Reyes Católicos son los mandamases del país puede parecer exagerado, pero la atmósfera que Camacho consigue crear, eléctrica, potente y valiente, tiene similitudes con esa actitud poderosa, auténtica y necesaria que consiguen transmitir los conciertos de grupos como Black flag o The Clash. Una descarga, un chute de energía que no puedes dejar de mirar.

No es casualidad que este poder subversivo y arraigado a la tierra que tiene Fuenteovejuna cautivara hace ya más de cien años a los revolucionarios rusos. Esta obra, que en época de Lope no fue ni mucho menos de sus obras más admiradas, cautivó a los comunistas que estaban en plena lucha por la libertad y la sacaron del ostracismo en el que se encontraba para que fuera ejemplo para un presente que también buscaba justicia contra la tiranía.

Lorca también se sintió atraído por ella, y por eso la representaba con la compañía La Barraca por unos pueblos de España tan hambrientos de pan, tan necesitados de cultura, que reconocían en aquella Fuenteovejuna de quinientos años atrás las Fuenteovejunas de su presente.

La Fuenteovejuna de Camacho Folguera es cruda, violenta, muestra cómo astillan la realidad dos fuerzas tan poderosas como son el amor y la tiranía, y lo hacen con un equipo técnico preciso y a la vez contundente y con un reparto que nos muestra una realidad de violencia y libertad de una manera excesiva, brutal, pero a la vez muy natural, muy lógica.

Siento que cuanto más escribo más te estoy fastidiando la obra. Creo que lo oportuno sería decirte simplemente que emociona, que los humanos, por suerte, aún conservamos la inextinguible capacidad de sentirnos interpelados por lo que le sucede al otro.

Por mucho que nos quieran hacer creer que la justicia es imposible, que la tiranía es inevitable, que el dolor de las Laurencias del mundo queda muy lejos (brutal interpretación de Cristina Marín-Miró, pero brutal, brutal), a una pantalla de distancia, y que no se puede hacer nada. Sin embargo, este Fuenteovejuna nos vuelve a demuestra que, todos a una, no existen los imposibles.

Aprender

Quiero aprender la humildad del árbol que, 
generoso, 
calla su metáfora de agua, sol y sombra
y no destruye al edificio, 
grito de metal, óxido y sonajero. 

Quiero aprender el regalo del perro, 
su relámpago sin factura,
su ojo de bondad, su colmillo suave, 
y aparcar así este hueso de café y prisa, 
este delicado veneno del porqué. 

Quiero aprender la lluvia
pero poco a poco, gota a gota, 
y recogerlas, 
como quien cuenta lunares
o pétalos caídos de las nubes. 

Quiero aprender, 
no aplastar nunca lo aprendido. 








La sombra de tu corazón

Tu corazón es una rotonda de ramas y ruiseñores perdidos, 
un botón cosido a una ventana abierta, 
pero también la marea roja que se agita y hace que las manzanas sean dulces
y peligrosas. 

Pero yo no quería hablar de tu corazón. 
Yo quería hablar de la sombra de tu corazón, 
aquel lugar donde vivo, 
el refugio contra un sol furioso, agitado e infatigable
que busca derretir a nuestra especie, 
a nuestra especie que huye del delirio.  


Comentario de películas Cónclave y La Infiltrada


Este fin de semana he visto un par de películas, una en casa y otra en el cine. En primer lugar voy a hablar de
Cónclave, vista en el cine (no diré cuál, pero vayan al cine, tiene una fotografía y, sobre todo, una música, que hacen que la experiencia valga los aproximadamente 10€ que vale la entrada). 

Esta película, como se puede entender por el título, va del proceso de elección de un nuevo Papa en la época actual. Para ello, el conocido actor Ralph Fiennes tendrá que organizar esta reunión con más de cien cardenales de todo el mundo que llegan al Vaticano con sus preferencias, odios e historia personal en la mochila, que revisan unas monjas muy funcionales que evitan que entren aparatos tecnológicos a dicha reunión. 

Como podéis imaginar, hay chicha. Hay facciones que se odian, hay curas más simpáticos, otros más odiosos y otros casi angelicales, pero el que se queda con toda la atención, para mí, es el pobre Fiennes (en la película será Thomas Lawrence) que deberá esquivar los problemas para que pueda haber un nuevo Papa en el Vaticano. Es entretenida, pese a que el tema pueda parecer aburrido, y aparecen cuestiones y dilemas existencialistas y morales que, si tienes la suerte de ir acompañado al cine, hará que tengas una buena charla de vuelta a casa. A nosotros nos pasó, y eso que tardamos 40 minutos en volver.




Y la segunda película que quiero eomentar hoy, y que acabo de terminar de ver, es La infiltrada. Seguro que habéis escuchado hablar de ella porque su protagonista, Carolina Yuste, ha ganado el Goya a mejor actriz. También sale Luis Tosar, pero bueno, noticia sería que no saliera, ¿no? Que muy bien, que me gusta y cumple, pero oye, un poquito de variedad, por favor. 

Es la historia de una policía que se infiltra en ETA, en los años 90. La película sí, está bien, entretiene, hay momentos de «hay que te coge el etarra, corre, corre» y algún momento de «etarra bueno, etarra malo» pero, aunque sabía que podría encontrarme con estos lugares comunes de este tipo de pelis, me ha gustado que se haya puesto el foco en este tema. Porque estamos en un país que no siente orgullo por acabar con la violencia, prefiere no levantar ampollas en los asesinos y culpables de la misma, así que sí, hay que hacer muchas más películas de ETA, del franquismo, de la Guerra Civil, de los abusos de la Iglesia, del GAL y de toda la podredumbre que pasó en España y que aún escuece. Ah, y qué personaje hace Diego Anido (este señor) y qué miedo mete. Sí, igual o más que en As Bestas.




Poemas de Tulia Guisado, Walt Whitman y César Vallejo en el pódcast Tarumba

Hola, feliz jueves. Hoy día 13 de febrero, justo antes de San Valentín, traemos otro manojo de poemas para ti, que esperamos que te gusten. Eso sí, como no creemos mucho en estas efemérides, los poemas no no tienen por qué tratar de amor obligatoriamente...tendrás que escuchar el programa para descubrirlo. Son 3 poetas ENORMES, ya nos dirás qué te parecen. 

Somos Lorena Mora Pineda y Jorge García Torrego, escritores y amantes de la poesía. En este espacio para la escucha que es Tarumba subimos poemas cortos, sin grandes alharacas ni fuegos artificiales, de poetas que amamos y que, en algunos casos, nos han cambiado la vida. Esperamos que te gusten.

Nos vemos pronto, un abrazo.

https://creators.spotify.com/pod/show/tarumba-podcast1/episodes/Poemas-de-Tulia-Guisado--Walt-Whitman-y-Csar-Vallejo-e2ur884/a-abpfo7b


Poemas de Bárbara Butragueño, Pablo Neruda y Paloma Corrales

Hola de nuevo. Otra vez aquí, con un episodio nuevo, y encima en viernes porque ayer se nos pasó. Qué desastre, menos mal que nos dedicamos a esto y no al mundo broker y crypto o a hacer burpies (¿se escribe así?). El caso es que compartimos nuevos poemas, esta vez a los poetas Bárbara Butragueño, Pablo Neruda y Paloma Corrales, porque somos generosos y queremos que disfrutes como lo hacemos nosotros. También os contamos que somos (seguimos siendo) Lorena Mora Pineda y Jorge García Torrego, escritores y amantes de la poesía. En este espacio para la escucha que es Tarumba subimos poemas cortos, sin grandes alharacas ni fuegos artificiales, de poetas que amamos y que, en algunos casos, nos han cambiado la vida. Esperamos que te gusten.

Lo de quitar la bio es porque, bueno, en realidad con el nombre ya tienes el primer paso para buscar sus nombres en la web (o en la biblioteca, mucho mejor esta opción) y volverte fan incondicional. ¡Que pases buen finde!





Poemas de Escandar Algeet, Fernando Pessoa e Irene La Sen

Somos Lorena Mora y Jorge García Torrego, escritores y amantes de la poesía. En este espacio para la escucha que es Tarumba subiremos poemas cortos, sin grandes alharacas ni fuegos artificiales, de escritores que amamos y que, en algunos casos, nos han cambiado la vida.

Antes de hablar de los poetas que traemos hoy, queremos disculparnos porque tenemos una vida que nos ha hecho estar fuera de casa y POR LO TANTO no poder subir este poema cuando tocaba, que es un horario impuesto por nosotros así que nos lo saltamos y ya. Pero nos disculpamos ante nuestra querida FANATICADA POÉTICA. Ah, y otra cosa: Ahora, en cada programa habrá 3 poemas.  Esta vez compartimos con vosotros 3 poemas. Uno de Escandar Algeet, otro de Fernando Pessoa y otro de Irene La Sen. Esperamos que os gusten. 




Reflexión sobre las redes sociales

 


Supongo que a pesar de que muchos nos imaginábamos que algo no andaba bien en el mundo de las redes sociales como, por ejemplo, el control de datos para su venta masiva, algoritmos opacos que privilegian mensajes de odios y otras delicias, ver al propietario de una de estas enormes redes hacer el saludo nazi ha sido el colmo. 

Muchos escritores y creadores en general sentimos que dependemos de las RRSS para poder encontrar a personas con pasiones como las nuestras y para poder difundir lo que hacemos. Sin embargo, y a raíz de una situación que tuve el año pasado en Twitter (X), me he dado cuenta de que ya no sirve de nada tener redes y difundir contenido en ellas. Eres invisible (o casi). 

Como veis en este pantallazo y el enlace:



MUCHA gente vio esta publicación, mucha gente comentó esta publicación y mucha gente incluso puso una carita de pena a esta publicación (oh!). Sin embargo, fíjate tú qué cosas, a mí lo que me interesaba era vender libros. Yo en redes solo soy un medio para que los lectores lleguen a mis libros, yo no importo. Sin embargo, siento que el público de las redes sociales no es un público al que le interese mucho la poesía. A raíz de esto me hacía una pregunta:

¿A cuánta gente habría llegado con mi poesía si no existieran las redes?, ¿habría cambiado tanto el cuento? Y, si soy honesto conmigo mismo, las redes me han ayudado a llegar a mucha gente pero de una manera superficial, de consumo y «consumible». Por eso he decidido hacer dieta y quitarme algo de ruido. 

Me voy de Twitter/X  (https://x.com/gtorrego) y de Instagram (https://www.instagram.com/gtorrego/). 

Y me quedo en: 
Y en persona, claro. Nos vemos. 






Tarumba, pódcast poético

Pues nada, aquí lo tenéis. Lo que todos estabais esperando, un pódcast de poesía 🎉. Bueno, aparte de la broma, a nosotros SÍ QUE NOS HACE ILUSIÓN este espacio llamado Tarumba. Es un pequeño pódcast en el que Lorena Mora y yo hemos volcado algunos poemas que nos gustan. Y poco más, la verdad. Que sois todos bienvenidos y que ojalá os guste la compañía que nos hemos buscado 😘. 

Cada jueves subiremos nuevos capítulos. Estáis todo invitados, aquí os dejamos los capítulos:


*Juan Bonilla: https://open.spotify.com/episode/0T9W2ayiJ7uZFyUiUcNEmc
*Amalia Iglesias:
https://open.spotify.com/episode/6wJD9Vu8Q1kQ8shWmQLVX3?si=_m0Limp0QiS_MmmhGOBYzg
*Lucía Rodríguez:
https://open.spotify.com/episode/348uXSKKCI6FMlw9vY04jd?si=LW1-gMMOTQa6T3jae3rAVA
*Pilar Adón:
https://open.spotify.com/episode/3cW2ASncMwv0gvZyxJGeR5?si=eTo2lAylSM-3Cn0Vp97xMA
*Javi López-Gomis:
https://open.spotify.com/episode/6vC7aaKoqvhBCfZZlbynsY?si=tZl6eYXESlemm6dWCNeiOQ
*María Sotomayor:
https://open.spotify.com/episode/68xfclqoZTjy2cwXwvjbPG?si=9tEhIOcXQH-hgPQpdP4HLg
*Roger Wolfe:
https://open.spotify.com/episode/40cQ9oeunSifGZg6mYzv4z?si=d_fnRGdDTOKHTUghXhbJQQ
*Bertolt Brecht:
https://open.spotify.com/episode/5uGPdhfYXGcuXhZpVSLyEf?si=tzDqn-DVQWmowYKmHVlmmQ
*Angélica Liddell:
https://open.spotify.com/episode/3k3ThOaehLWHWmUoMM9q80?si=jtZFixV8TNGdZQhaUV5Lyw







25 diciembre


Hace años escribí un poemario sobre amor y desamor que se llamó Hogar. En las presentaciones y cuando explicaba a alguien de qué iba el libro siempre decía lo mismo (o casi): «Es la historia de cómo se construye un hogar y cómo se destruye un hogar».

Hoy, después de años, sentimientos y compañías, vivo, construyo y reconstruyo a diario un hogar junto a mis compañeras Lorenza y Kiwi cuando pensaba que ya los hogares eran una cuestión del pasado, algo que pasó y que no iba a volver, que habría que conformarse con las casas.

Desde aquí os invito a no reverenciar las ruinas de un amor antiguo, os invito a que intentéis ser felices de nuevo: por muy grande que haya sido la caída, por mucho dolor que haya supuesto el silencio, por tanto desperdicio de amor entregado: Confía, agradece, ama y sé amable con quien sí quiere pasar la vida contigo. Celebra que AÚN seguimos vivos, que el tiempo está delante de ti para ser disfrutado, no sufrido.

Ah, y felices fiestas, que se me olvidaba 🤦‍♂️😅.

(Poema inédito escrito en 2017 y rematado en 2024

(El cuadro es de Jesús Román Brovia)


No disimules, sé lo que te pasa. 
No mires otra vez tu móvil,
nadie te escribe,
nadie comenta tu nuevo libro,nadie te invita a salir el finde,
una pachanga de fútbol,
nada,
nadie que surja del océano de la nostalgia
y aterrice en el presente.
Te entiendo,
no pasa nada,
yo también soy nadie,
pero ahora,
me tomaría una cerveza contigo,
te escucharía,
apagaríamos juntos los móviles,
seríamos inmortales,
lo más,
lo analógico es ahora lo que se lleva,
qué bien lo pasamos juntos,
venga,
encendamos el móvil y hagámonos un selfi,
o varios,
démosles envidia a todos ellos,
a los nadies que nos miran desde sus pantallas,
a los nadies que son nosotros.


(Poema que podéis encontrar en mi libro «El Despertador de Sísifo»| 2018 ♟)

 


7:00 H.
La procesión de los que esperamos el bus,
adorar la luz del móvil como si fuera una vela.
La intermitencia de la fe,
la certidumbre de patas cortas que es el WhatsApp,
su atronadora piscina de ruido.
Mirarse dentro los recuerdos para saberse uno y no otro,
cualquiera
de los que te acompañan en la fila.
Y pese a la búsqueda, no poder despejar la incógnita:
no saber si las personas del verbo nacen del yo
del nosotros
o del ellos.

(Foto de la presentación del libro, en Miraflores de la Sierra, en 2018).

Poema que podéis encontrar en mi libro «Ojo y ventana» | 2014🌱):

 


Fuego y ceniza
Cuando nació tu cuerpo se inventaron la llama y la ceniza,
las camas frías
y los ojos antorcha.
Cuando llegaste
cerré mi niño en el recuerdo
para salir corriendo
a buscarte.
No cabía tu melena en mis manos tartamudas,
no encajaba tu río de viernes,
imposible tu lava en mi piscina vacía.
Nunca levantas el acelerador de la esperanza,
y a mí solo me queda aprender:
para alcanzar tu temperatura hay que convertirse en fuego
y ceniza
y no preocuparse por la herida.

(La foto es de Frank Horvat y se llama Teenagers playing billiard).

Poema que podéis encontrar en mi libro «Cercanías» | 2016🌾



La patria es una mentira que huele a casa, a salvarse de la lluvia, a quitarse los zapatos como quien deja de luchar porque no hace falta, saber dónde duermen las cucharas.
La casa como refugio, islote en medio de la tierra, paredes de hueso propio.
Una revolución es ampliar la casa e invitar a los amigos, que son cualquiera, el primero que veas. Un abrazo es un hogar portátil, la llave de tu boca, aún hay esperanza.
Casa de carne y hueso frente al perdigón del aire acondicionado y el fuego del semáforo. Aquí donde escondemos el tesoro. Donde somos tesoro poco a poco.

(Fotograma de la película Luces de la ciudad (recomendadísisisima).

Relato inédito | 2010




Cuando el niño levantó la vista de la pantalla ya era un hombre. Y cuando el hombre levantó la vista de la pantalla ya estaba muerto.

(Imagen de Tetsuya Ishida).

Poema que podéis encontrar en mi libro mortal | 2023🍂



45
La sábana del calor cubre la tierra hasta el acantilado del horizonte,
embruja a sus cautivos, hace de las exclamaciones de trigo un jardín de corcheas, de la curiosidad verde de los olivos, un silencio de relámpagos atrofiados.

¿Y para el hombre, profeta del agua y heredero del silencio, qué esconde la sábana del calor?

Para él un muestrario de arrugas y otoños, una lluvia de harinas y sudores, pero también la alegría perfecta y silenciosa de una lágrima de aceite bendiciendo un pan.

Poema que podéis encontrar en mi libro «Hogar» | 2020🌵

 




Trenza

Amasa el campo de trigo que es su melena
y lo convierte en camino,
pirueta son sus dedos intercalando afluentes, busca entre sus mechones una espiga con la que jugar
entrelaza sus dedos con ese río de silencio,
alimentando el misterio de mi mirada,
creación vertical,
raíz que parte el aire en dos,
un respirar tranquilo hecho con sus manos.

(Cuadro «La amante de Fazio, de Rosetti»).

Sobre el triunfo de Trump en las elecciones de EEUU


Han pasado unos cuantos días ya desde que Donald Trump fue reelegido presidente del país más poderoso del mundo y quiero comentarlo porque me parece importante reflexionar sobre ello, más allá de que pueda o no estar equivocado y mi análisis esté acertado. Pese a esta presunción de inocencia previa ante la inexactitud, intentaré ser lo más preciso posible. 

Creo que todos los que nos consideramos personas críticas, que no se adscriben a una forma de pensar «pase lo que pase», hemos alucinado con el triunfo de Trump en las elecciones. Y hemos alucinado porque vemos a este señor como un tipo peligroso, volátil, medio loco, imprevisible, machista, racista, idiota y obsesionado por el poder y el dinero. Un Ubu rey en toda regla, para los amantes del dadaísmo. Este podría ser un retrato hecho con palabras de lo que significa el señor Trump para este «nosotros» que no sé muy bien definir, espero que me entiendas. 

Pero, más allá de nuestra visión crítica de esta reelección, está la postura de los estadounidenses. No voy a entrar en etiquetas, razas ni géneros, sino solamente en renta/capacidad económica. Para un estadounidense, criado con la esencia del hombre hecho a sí mismo, superpoderoso, capaz de todo, la situación de EEUU no era tolerable. Un país que, muy tímidamente, se había reconducido hacia la senda ecológica, con unas promesas de un tibio decrecimiento, lo que, en la mente del estadounidense medio era un empobrecimiento para él y su entorno, y esto no podía pasar. No se podía admitir que la curva creciente se tuviera que matizar o incluso invertir para, básicamente, poder existir sobre el planeta tierra. No, no se acepta. Como en la película No mires arriba, la realidad científica se impone pero es más fácil tomar la postura infantil de negar la evidencia. Y esto es lo que propone Trump: negar la evidencia. No aceptar el cambio climático, no aceptar la matización del crecimiento, la posibilidad de adecuar el objetivo del país al bienestar de sus habitantes. No. Se decide «tirar palante», no hacer caso de las indicaciones, que son vistas como indicaciones agoreras de una élite progre y gris, e intentar la heroicidad de «Hacer América grande de nuevo». 

Es verdad que la alternativa de Kamala Harris tampoco es que fuera un giro de guion brutal, pero al menos sí que podía continuar esa leve matización económica de Biden. Por lo tanto el primer país del mundo del mundo occidental, el modelo en el que se miran tantos y tantos países, ha decidido no hacer caso a los expertos y seguir echándole más leña al fuego. Y, que nadie se equivoque, ha sido con el voto y el visto bueno de la gran mayoría de la población. Habrá que prepararse para las consecuencias de esta senda negacionista que puede llevarse todo por delante. Para empezar, las evidencias científicas y el sentido común. 

Publicación en revista francesa

Quien me conoce sabe que el francés ha sido y es, aunque bastante olvidado, importante para mí. Hoy me llega la noticia de que Miguel Ángel Real ha traducido al bello idioma de Boris Vian y Bobin, para la revista OUPOLI (OUvroir de POésie LIbre), algunos poemas de mi último libro, mortal , publicado por Lastura. Merci beaucoup, c´est trop genial!
Aquí el enlace: https://oupoli.fr/.../traductions-jorge-garcia-torrego.../



Poema 58 de mi libro mortal

 58



Mi calavera está 37 años más cerca, isla de mármol y sueño, mar en pausa para que navegue la barca de mi cuerpo.

Se han desinflado los misterios

y las nubes ya nunca dicen nada. ¿Qué hemos hecho con el tiempo? Miramos atrás y ¿qué rescatamos de la tormenta de olvido? ¿Qué escombro es este que guardamos como reliquia? Somos manchas en el silencio de la Historia, tenemos arena en las manos de aquellas victorias que no fueron, aguantamos derrotas que nos empujan hacia abajo y sin embargo qué bellos y únicos nuestros vertederos.


Más información sobre el libro:

https://jorgegarciatorregolibros.wordpress.com/mortal/


14/9/2024

La palabra se baña en este río que soy,

río de cauce y lágrima,
de sístole y abandono.

Y de todo el humo de lo dicho,
polvo estrellado en la curva del cráneo,
no quedará nada salvo unas manos vacías en un andén,
y una ventana abierta en la intemperie.




Breve historia de los adoradores de pipas

 Manoseado el tiempo y mezclado el murmullo propio con el del amigo,

crece la montaña de cadáveres de pipas, pero también las tardes, las noches, en compañía.

Conversar es el centro de la pipa, el cogollo en la plaza del pueblo o cualquier parque.
Dar vueltas por los lugares de siempre y sacar las palabras y la cercanía.
Juntarse para comer pipas, el ritual del amigo,

oh pipa, oh pipa blanca y salada,

invoca aquellos tiempos hasta aquí, haz que vuelvan los conversadores de la Tijuana,
los que no contaban el tiempo y el horario se escurría a nuestros pies,
derrotado por nuestros labios resecos.

Fuera

 En el párrafo cerrado e inhóspito de los que hablan telediarios, tú y yo bajo el agua, jugando a la simbiosis, mudos y sordos, sin palabras ciertas hasta que llegó el baile, tu falda y tu cadera escribieron palabras ciertas en un cuaderno llamado reggae.


(Poema que se puede encontrar en el libro Hogar - https://jgtorrego.com/hogar/)



Inicio en septiembre

Llega septiembre y la palabra inicio nos sobrevuela como globo inalcanzable que nos hace torcer el cuello, plegarnos a la nostalgia. Llega septiembre y seguimos, intentamos que la palabra inicio vuelva a emocionarnos, pero el chicle de la vida YA HA SIDO MASCADO y solo queda seguir MASCÁNDOLO, hacer minería de sabor y rescatar las vetas que aún se esconden en el día a día. Porque septiembre siempre olerá a cuadernos nuevos, a contar los veranos a nuestros amigos, a primera lluvia de novedad después de meses de calor y monotonía, pero tenemos que buscar en el hoy, en el mañana, los nuevos sabores que nos harán levantarnos cada mañana. Lanzar la esperanza hacia el horizonte para luego ir a buscarla con los ojos llenos.


¡Aquí hemos venido a jugar! (publicado originalmente en Senda Norte en mayo de 2024)


El pasado 13 de abril, en el Centro Comarcal de Humanidades Cardenal Gonzaga de La Cabrera, se celebró y se jugó el II Maratón de Impro Sierra Norte. Pero, antes de nada, ¿qué es eso de la impro? Pues te cuento que la impro (improvisación) es una técnica teatral en la que, a partir de unas indicaciones simples, una acción teatral comienza, con ganas de probar y sin miedo a que “salga mal”. Se basa, más que nada, en pasarlo bien, en divertirse sin miedo “al fracaso”, al “qué dirán” y a tantos otros frenos que sobre todo hemos ido acumulando de adultos. Es, básicamente, una burbuja de tiempo y espacio en mitad de la adultez para volver a ser un niño.

 

El encuentro fue organizado por la Asociación P.L.A.Y. (https://asociacionplay.org/ en internet), que lleva ya unos cuantos años trabajando en la Sierra Norte. Coordinado por París Uki y Verónica Regueiro el Maratón también contó con el apoyo de múltiples actores de compañías de improvisación de varios lugares de España como Zaragoza, Madrid, o Tenerife, además de todo el público que acudió al Centro y que fue invitado a participar en cada actividad (y que se lanzaron al escenario con poca o ninguna timidez, la verdad).

Y os cuento que el encuentro fue un éxito. Y no solo porque las entradas se acabaran días antes del evento, sino porque el maratón duró 6 horas (desde las 16:00 horas hasta las 22:00), con sus pausas y sus piscolabis, y a nadie se le hizo pesado porque entre carcajada y carcajada el tiempo pasó volando. A mí en particular me pareció muy divertido porque en ningún momento tenía la sensación de saber lo que iba a pasar, porque me sentí identificado con el actor que hace un momento estaba a mi lado en la butaca y que un segundo después estaba haciéndome reír sobre el escenario o porque alucinaba con la rapidez mental de algún improvisador para sacar la risa donde no la esperaba.

 

Desde este pequeño rincón del Senda Norte que es mi columna mensual quiero agradecer a todos los organizadores y a los trabajadores del Centro Comarcal de Humanidades Sierra Norte que hicieran posible este encuentro y ojalá pueda repetirse muchos años más. Gracias por las risas, por el juego y por vuestras ganas de pasarlo bien.

 

¡1, 2, 3… Impro!

 

¡Cuidado!, un libro te puede cambiar la vida (publicado originalmente en Senda Norte en marzo de 2024)

Llevo un par de meses de gira con mi último libro, mortal. En este tiempo me he cruzado con bastantes personas que se han excusado por no ir a las presentaciones porque «no les gusta la poesía, no la entienden», y otras excusas del mismo tipo. Yo siempre les digo que no pasa nada, que es normal y que no tiene nada de malo. Lo que sí que pasa (y esto os lo cuento aquí a ti, que lees el Senda Norte) es que te estás perdiendo la oportunidad de descubrir mundos nuevos que, si no lees poesía, pasarán de largo. 

Sé que cuesta, que los poetas a veces (no pocas) nos ponemos exquisitos con nuestras metáforas y nuestro lenguaje no siempre claro y luminoso, pero hay algo, una especie de honestidad secreta, que los lectores pueden descubrir debajo de tantas letras y que, literalmente, te puede cambiar la vida. 

De hecho, me pongo mi ejemplo: hasta los 20 años no leía poesía, no la entendía. Había tenido que estudiarla, pero no, no entraba. Me gustaba leer, leía bastante, pero la poesía siempre se había quedado al otro lado, no me atraía porque me parecía costosa y difícil. Sin embargo, un día, pensando que se trataba de un libro de relatos, encontré el libro que me cambió la vida: Se llamaba Altazor, lo escribió Vicente Huidobro en 1931, y de alguna manera estaba jugando con las palabras:

Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor.
Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata.
 Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche.
 Amo la noche, sombrero de todos los días.
 La noche, la noche del día, del día al día siguiente.
 Mi madre hablaba como la aurora y como los dirigibles que van a caer. Tenía cabellos color de bandera y ojos llenos de navíos lejanos. 

Empecé a leer y no pude dejarlo. Y hoy, 17 años después, con varios libros de poesía publicados, puedo decir que mi vida habría sido mucho más triste, mucho más superficial y simple si no me hubiera atrevido a seguir leyendo aquel libro que encontré por azar.